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jueves, 1 de septiembre de 2011

El Mono y el Cocodrilo




EL MONO Y EL COCODRILO




 








Había un mono que vivía  en un árbol repleto de frutos y estaba feliz porque le gustaban mucho.
El árbol quedaba muy cerca del río, y tenía comida y agua todo el año, por lo que no necesitaba mas nada...

Un día un cocodrilo pasó por allí y el mono le preguntó:
¿Quién eres?
-Soy un cocodrilo que busco un lugar para tomar el sol y calentarme- (los cocodrilos necesitan sol para calentar su escamosa piel)
-Aquí, en este árbol vivo yo, y te doy permiso-.
El cocodrilo al ver los frutos que colgaban de las ramas le dijo: - que apetitosos se ven, quiero probarlos  para ver si me gustan-.
El mono le lanzó unos cuantos para que el cocodrilo le diera una probadita

¡Hum! , ¡huuum!, ¡huuuuuuum! - Dijo el cocodrilo - nunca había comido una fruta tan sabrosa, ¿puedo regresar mañana?... - el mono que siempre  estaba solo, se contentó de tener un amigo y le dio permiso a regresar y comer frutos de su árbol siempre que quisiera..

Cada tarde el cocodrilo regresaba  junto al mono a comer  y se hicieron grandes amigos, se contaban cuentos, hazañas y hablaban de las cosas que habían visto pasar por el río cuando venía la época de las crecidas

Un día el cocodrilo comentó que vivía al otro lado del río con su cocodrila.
-Nunca me habías dicho que tenías esposa, ¿no crees que a ella le gustará también la fruta?

Cuando el cocodrilo se fue esa tarde, el mono le dio muchas frutas para que se las llevara a su mujer al otro lado del río

La cocodrila comió y comió hasta quedar llena y le preguntó al cocodrilo de donde había sacado aquélla fruta tan sabrosa
El cocodrilo le contó como el mono y él se habían hecho amigos y como cada día le regalaba frutas para que  comiera

La cocodrila pensando en el mono abrió los ojos y sonrió. (que es lo que pasa cuando se tiene una gran idea)
¡Hum! estas frutas están muy dulces, pero pensemos mejor las cosas, somos cocodrilos y aunque esta fruta esta buenísima podríamos comernos al mono que debe estar todavía más sabroso que esta fruta...
¿Porqué no lo matas y lo comemos?

¡No, noooo y nooooooo! - chilló el cocodrilo - el mono es mi amigo y no puedo hacerle eso.
Pero imagínate - le dijo la cocodrila - si ese monito come todo el tiempo frutas dulces y sabrosas, su carne tiene que estar dulce y sabrosa también.

¡No, no!, - chilló el cocodrilo - ¡y no se hable mas del asunto!...

La cocodrila dejó pasar varios días sin decir mas nada y una tarde cuando el cocodrilo regresó a casa la vio con la cara llena de lágrimas (de cocodrilo, que no son de verdad) y le preguntó: 
-¿Qué te ocurre, cocodrila mía?-
-He ido al doctor y me ha dicho que estoy muy enferma,  y que para recuperarme tengo que comerme el corazón de un mono, solo eso podrá curarme la salud, sino, moriré, y dime tú cocodrilo mío, ¿de dónde sacamos ahora un corazón de mono?..

El cocodrilo se puso muy triste, el mono era su único amigo en toda la selva, los otros animales le temían y escapaban de él, solo el mono había accedido a ser su amigo y ahora a ¿quién salvaba?, ¿a su mujer o al mono?

Tras mucho pensárselo decidió salvar a la cocodrila...

Se fue a buscar al mono y lo invitó a ir a su casa para conocer a su mujer

El mono saltó de alegría y le dijo: ¿pero cómo puedo ir, yo no sé nadar?

No importa, súbete a mi espalda y yo te llevaré surcando el río.

Así lo hizo y cuando estaban por la mitad, el cocodrilo empezó a hundirse en el agua para ahogar al mono

¡Eh! ¿qué haces? - chilló el mono- ¡qué me ahogas!
Es que quiero matarte - le dijo
Pero, ¿por qué? - preguntó el mono asustado
Mi mujer esta enferma y solo se salvará si se come el corazón de un mono, así le dijo el doctor
El mono se asustó mucho y pensó enseguida.
OH, amigo cocodrilo,- dijo fingiendo mucha tristeza -  eres mi amigo, yo puedo ayudarte, me puedo sacrificar, pero tengo que decirte algo, que casi nadie sabe, los monos no tenemos el corazón con nosotros, sino en el lugar que más queremos,  yo lo tengo en un hueco del árbol, no lo llevo conmigo, tendrás que regresar a que lo busquemos para poder dárselo a tu esposa, y así la salvaremos

El cocodrilo (que era tontuelo) regresó al árbol frutal y el mono en cuanto pudo saltó a la rama mas alta y desde allí le dijo: ¡Vete de aquí, mal amigo!.

El pasmado cocodrilo se fue a su casa.  
La cocodrila se quedó con las ganas de comerse al mono.
En cuanto al cocodrilo, regresó alguna vez al árbol nuevamente, pero el monito al verlo venir por el recodo del río le tiraba piedras.
Al cocodrilo no le dolían porque tiene una piel muy dura, pero era suficiente para darse cuenta de que no era bienvenido.

5 comentarios:

  1. Demasiado para darce cuenta k los animales tambien tienen sus propios sentimientos y nunca hay k destrosarselos

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  2. Demasiado para darce cuenta k los animales tambien tienen sus propios sentimientos y nunca hay k destrosarselos

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  3. pues si pobre monito penso que se lo iba a comer tonta la cocodrila

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